La PET – Tomografía por Emisión de Positrones – es una técnica de imagen médica avanzada.
- Utiliza un trazador radiactivo, generalmente F18-FDG (glucosa) que se inyecta en el cuerpo y emite positrones.
- Estos positrones al interaccionar con los electrones del organismo se aniquilan y generan fotones.
- Los fotones, son detectados por la PET, que generará imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo.
Actualmente se utilizan equipos híbridos PET-TC (combinado con la tomografía computarizada) que permiten localizar anatómicamente las lesiones y realizan una corrección de la atenuación que sufren los fotones al atravesar los diferentes tejidos, mejorando así la calidad de la imagen metabólica PET.
La PET puede también combinarse con otras técnicas de imagen, como la resonancia magnética (PET-RM), que proporcionará imágenes metabólicas y anatómicas más detalladas, siendo especialmente útil en patología neurológica, en huesos, en abdomen o pelvis.
La PET es especialmente útil para el diagnóstico y seguimiento de diferentes patologías, especialmente en:
- Oncología: permite detectar y monitorizar la respuesta al tratamiento en muchos tipos de cáncer, dado que las células cancerosas a menudo muestran una mayor actividad metabólica que se destaca en las imágenes PET.
- Cardiología: Ayuda a evaluar la salud del tejido cardíaco, identificando áreas con flujo sanguíneo deficiente o tejido cicatrizado (infarto) versus tejido viable (isquemia).
- Neurología: Se utiliza para investigar trastornos como el Alzheimer, Parkinson y epilepsia, al mostrar áreas cerebrales hipofuncionantes o hiperfuncionantes en función del tipo de patología neurológica.